Dinámica de silencio.
(Preparación:
– conviene que se hayan preparado los cantos, se pueden aprender en www.taizé.fr, si no se está seguro se pueden obtener grabaciones, son cantos repetitivos que conviene dejar el tiempo suficiente para que se capte su mensaje, en las grabaciones su duración suele ser de tres a cinco minutos;
– el lugar donde se lleve a cabo tenga una temperatura agradable y que la iluminación sea tenue;
– es importante el control de los tiempos, los silencios no deben ser inferiores a los dos o tres minutos;
– cuídese de seleccionar bien a la persona que dirija la oración.)
Jesús está con sus amigos cenando. Del bullicio de la cena, del rito que conlleva una festividad, como la que podemos tener cualquiera de nosotros durante la nochebuena, Él pasa al silencio, a centrarse en su interioridad, a hablar con su Padre en el huerto de los olivos. Esta es la actitud que queremos recrear en nuestros corazones ahora. Del bullicio de las calles con las manifestaciones de piedad popular, de la alegría de la celebración de la institución de la eucaristía, a la soledad de un sagrario… ornado, pero silente, desplazado, que nos atrae hacia sí. Y que nos invita a reflexionar sobre el ejemplo de Jesús en el silencio del huerto de los olivos, en el que se cuela entre las ramas, la luna llena que nos ilumina. Un lugar en el que me siento cómodo, hemos estado aquí muchas veces todos juntos, hemos compartido.
Canto: Veni Sancte Spiritus (Taizé)
(Silencio)
Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve (Lc 22, 27b)
Jesús nos enseña a vivir desde el servicio. Constantemente me cambia el centro de atención. Yo me empeño en mirarme a mí mismo y Él no se cansa de recordarme a dónde tengo que mirar si quiero seguirle.
El centro de mi vida tienen que ser los pobres, los humildes, los últimos, los niños, los enfermos, los que sufren, los sencillos… Todos aquellos de los que Él se compadeció, a los que se acercó.
Canto: Beati voi poveri (Taizé)
(Breve pausa)
Mi vida solo adquiere verdadero sentido cuando sirvo, puedo decir, parafraseando al obispo Jacques Gaillot, que: una vida que no sirve, no sirve para nada. Solo desde el servicio me siento realizado, me siento feliz; cuando me centro en mí, mis sentimientos pueden ser de felicidad, pero son efímeros.
Ese servicio no puede realizarse más que desde un sitio, desde el amor para que pueda hacerme feliz.
Canto: Ubi charitas (Taizé)
(Silencio)
No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces (Lc 22, 34)
Pero no estoy libre de seguir pendiente de mí y no fijarme en lo que Tú quieres de mí. Sólo el auténtico amor me enseña cómo seguirte. Claro que te voy a traicionar, pero Tú lo sabes y, lo aceptas y comprendes. Estás siempre esperándome con los brazos abiertos, porque sabes que soy sincero cuando digo que quiero seguirte hasta donde haga falta. Hay veces que lo consigo y veces que no. Es otra muestra de que siempre estás dispuesto, es otra muestra de que me quieres, de que me amas con infinita ternura. (Silencio)
Canto: Dieu une peut que doner son amour (Taizé)
Padre, si quieres, aparta de mí ese cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc 22,42)
(Breve pausa)
Padre, me pongo en tus manos,
haz de mí lo que quieras,
sea lo que sea, te doy las gracias.
Estoy dispuesto a todo,
lo acepto todo,
con tal que tu voluntad se cumpla en mí,
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Padre.
Te confío mi alma,
te la doy con todo el amor
de que soy capaz,
porque te amo.
Y necesito darme,
ponerme en tus manos sin medida,
con una infinita confianza,
porque Tú eres mi Padre.
(Charles de Foucault)
Canto: Heureux qui s’abandonne à toi (Taizé)
(Silencio)
¿Por qué dormís? Levantaos y orad, para no caer en la tentación (Lc 22, 46)
Las fuerzas también flaquean, mi condición humana hace que sea limitado. Solo con tu ayuda, solo centrándome en ti, en mi deseo de estar a tu lado, de cumplir tu voluntad, solo el amor me pueden mantener. Tú lo sabes, sabes que la oración es el único alimento que puede darme las fuerzas para continuar a tu lado sin desfallecer.
Tú lo sabes tan bien que siempre, en los momentos difíciles, recurrías a ella. Yo, sin embargo, en los momentos difíciles me olvido de Ti y recurro a mis propias fuerzas. Tú sabes que no son suficientes y que volveré a alejarme de Ti, pero no quiero. Ayúdame. Concédeme el amor necesario para confiar en Ti sin vacilar, sin que mis limitaciones me supongan un obstáculo. Pero solo no puedo, necesito de la fortaleza de tu contacto, concédeme poder disfrutar de Ti para que mi corazón no flaquee.
Y si me quieres despierto, despierto estaré, atento a lo que necesitas de mí.
(Breve pausa)
Canto: De noche iremos (Taizé)
(Silencio)
¿Con un beso entregas al hijo del hombre? (Lc 22, 48)
Pocas cosas hay que me duelan tanto como la traición, sea en ámbito que sea; pero cuando viene de alguien al que considerabas amigo, aún me duele más. ¿Sabes…? No soporto la mentira, la falta de honestidad. Y cuando la gente no es fiel a sus principios, a lo que siempre ha sido, por el simple interés, por cualquier deseo o por cualquier sentimiento de superioridad, me revelo.
Pero quiero vivir más cerca de Ti, poder estar en paz junto a Ti… y estas traiciones me quitan esa paz.
Sería estupendo que, entre Tú y yo pudiésemos cambiar el mundo, pero sé que no es posible. No puedo hacer que cambie el corazón de las personas y Tú tampoco, si no te dejan.
Yo sí te dejo, cambia mi corazón para que, si tengo que sufrir esas traiciones, no me quiten la paz, para que pueda permanecer contigo, a tu lado. Ayúdame a ver en todo lo que me pasa tu mano. Ayúdame a descubrir qué es lo que me dices con ello y cuál es tu voluntad.
(Breve pausa)
Canto: I am sure I shall see (Taizé)
(Silencio)
Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lc 23, 34)
¡Hasta dónde llega tu misericordia! ¿Hasta dónde la mía? Eres capaz de perdonar lo que desde mi condición humana me parece imperdonable. Ya lo sé, Tú eres Dios, y yo no puedo más que intuir lo que Tú eres.
Siempre me ha asombrado tu capacidad para entender lo que hay en nuestros corazones. Solo quiero que me concedas un poco de esa Luz que te permite descubrir cómo pueden sentirse los que están a mi lado y así poder llegar a comprenderlos para poder amarlos.
Solo quiero cumplir tu voluntad, amarlos como siento que Tú me amas.
(Breve pausa)
Canto: Iesus, remember me (Taizé)
(Silencio)
Este es el rey de los judíos (Lc 23, 38)
Quiero que seas el señor de mi vida, el que dé sentido a todo cuanto hago y digo, quiero vivir desde Ti. Quiero que todo el mundo te reconozca como el único que puede hacer de este mundo, un mundo mejor. Ayúdame a construir tu Reino, primero en mi vida y en las vidas de los que tengo cerca.
(Breve pausa)
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Oremos:
Oh Dios, que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de Tú pasión;
Te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de Tu redención.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Amen.
(Breve pausa)
Canto: The kingdom of God (Taizé)
(Silencio)
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu (Lc 23, 46)
(Breve pausa)
Todo se ha acabado, tu muerte es el preludio de tu resurrección. De mi resurrección. Es el acto de total abandono al Padre.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre y con la cooperación del Espíritu Santo, mediante tu muerte das la vida al mundo; líbrame, por la participación de tu Cuerpo y Sangre de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme que yo siempre cumpla fielmente tus mandamientos y no permitas que jamás me separe de Ti. Amén.
Canto: In manos tuas, Pater (Taizé)
(Silencio)
(La oración continúa en silencio para quien quiera. Se deja música instrumental o se sigue con cantos de Taizé)
Enrique Abad