CELEBRACION PENITENCIAL
CANTO
Misericordias Domini in aeternum cantabo. (Taizé)
SALUDO
En el nombre del Padre…; la gracia y el perdón de n/Sr. Jesucristo estén con todos vosotros. Bienvenidos a la celebración del amor de Dios.
El amor que ha sido derramado en nuestras vidas y que tan a menudo olvidamos, enredados como andamos en el trasiego de cada día. El amor siempre fiel y atento del Padre.
El amor entrañable con el que Dios nos visita en cada curva del camino. El amor entregado y generoso que se funde en nuestras tribulaciones para acompañarnos, para dar sentido y esperanza.
El amor paciente que nos acoge en nuestras imperfecciones y egoísmos. El amor que siempre estimula y anima a volver a empezar.
ORACIÓN
Padre nuestro, que nuestra oración llegue hasta ti, que podamos vivir una vez más tu piedad y compasión, que tu misericordia renueve nuestro corazón y nuestra vida.
Venimos a ponerla ante ti, Señor, para que tú la transformes desde dentro, como arcilla blanda en tus manos. Sabes que en nuestra fragilidad fallamos en el amor. Escucha
Padre nuestra suplica y ayúdanos a cambiar lo que nos aleja de Ti.
LECTURAS (utilizamos las lecturas del 1er domingo de cuaresma)
Dt 26, 4-10: “… Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia…”
Lc 4, 1 – 13: “No sólo de pan vive el hombre…, Al Señor tu Dios adorarás y sólo a él darás culto…, no tentarás al Señor tu Dios…”
(Entre las lecturas se puede cantar: “El Señor es mi fuerza, mi roca y salvación”)
NOTAS PARA LA HOMILIA Y EL EXAMEN DE CONCIENCIA
De la primera lectura evocamos y podemos hacer acopio de todas nuestras esclavitudes, todo aquello que nos quita la vida, lo que nos mantiene angustiados y anclados a la tristeza, a la impotencia, a la desconfianza.
Muchas y variadas son nuestras cadenas, los lastres que nos obligan a vivir como arrastrándonos a veces, dejándonos llevar por la pereza, el cansancio, la inercia de nuestros hábitos a menudo tan poco saludables para nosotros y para los demás.
De la lectura del evangelio… las tentaciones. Sugerentes por sí solas para descubrir nuestras sombras, aquellas situaciones en las que no amamos y traicionamos el amor que Dios ha puesto en nuestra vida. (Se puede repartir un texto con frases alusivas a cada una de las tentaciones sobre el ser más, mejor, distinto a lo que somos, nuestros apegos materiales y afectivos, nuestras tentaciones de poder, de quedar por encima de los demás, de perder el prestigio…)
(Se puede añadir a ese texto frases que incluyan pedir perdón por nuestras pequeñas o grandes traiciones al amor de Dios, nuestros pequeños o grandes maltratos a sus criaturas, a nuestros hermanos y hermanas…)
Recurro a un soneto de Lope de Vega que podemos hacer nuestro en cada verso. Quizás su lenguaje nos esté un poco lejano pero nos brinda la oportunidad desde el cálido ritmo de sus rimas de poner nombre en nuestra vida personal de las veces que no abrimos nuestra puerta al amor de Cristo.
“¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno a oscuras? ¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío, si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras! “¿Qué tengo yo que mi amistad procuras? ¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta, cubierto de rocío, pasas las noches del invierno a oscuras? |
¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras,pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío,
si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras! ¡Cuántas veces el ángel me decía: “Alma, asómate ahora a la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía!” ¡Y cuántas, hermosura soberana, “mañana le abriremos” respondía, para lo mismo responder mañana! |
Demos un salto en la extrañeza del lenguaje y dejemos que cale su sentido. ¡Cuántas veces y de cuántas maneras distintas se nos regala Dios en nuestro día a día!
¡Cuánto y de cuántos modos se preocupa por salirnos al camino esperando que volvamos a su encuentro, que balbuceemos pidiendo perdón por nuestros desvaríos y escapadas!
Este es un buen momento para hacer presente en nuestra memoria todo su amor y con valentía y humildad reconocer cuán imperfecta es nuestra respuesta a menudo, con la confianza de quien se sabe en camino y acompañado.
vamos a mirarnos por dentro y poner en sus manos nuestra fragilidad, nuestros fracasos, nuestras traiciones al amor y pidamos perdón.
CONFESIÓN GENERAL
Yo confieso…
CONFESIONES INDIVIDUALES
PADRENUESTRO
ORACIÓN
Padre, bendecidos por tu perdón, salvados por tu amor, esperanzados en tu misericordia te pedimos que sigas caminando a nuestro lado.
Señor nos ha hecho feliz tu ternura y tu presencia. Que seamos capaces de vivir siempre poniendo nuestra vida en tus manos.
DESPEDIDA
La bendición de Dios todobondadoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo esté con todos vosotros.
En el amor del Padre misericordioso, podéis ir en paz.